Con motivo del XV aniversario del reconocimiento del Silbo Gomero como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, la Asociación Yo Silbo destaca su valor para la preservación del lenguaje silbado en Canarias, reflexionando sobre los desafíos actuales y reafirmando su compromiso con un enfoque inclusivo y respetuoso que celebre su diversidad cultural y científica.
La Asociación Cultural y de Investigación de Lenguajes Silbados Yo Silbo celebra los 15 años desde que el Silbo Gomero fue incluido en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2009. Este logro, fruto de la iniciativa popular liderada por figuras como los gomeros Isidro Ortiz Mendoza y Lino Rodríguez Martín, marcó un hito histórico al rescatar un patrimonio inmaterial y sirvió de ejemplo para la preservación de otros lenguajes silbados en Canarias, destacando su importancia internacional.
Los pasados días 28 y 29 de noviembre el Cabildo de La Gomera organizó unas jornadas conmemorativas de este importante acontecimiento. Aplaudimos estos reconocimientos y la creación de estos foros que pudieran dar lugar al debate, a compartir líneas de investigación y a difundir el trabajo que muchísimas personas realizan en Canarias por la conservación de este patrimonio.
Una vez finalizado el encuentro, puesto que Yo Silbo no tiene el menor interés en afear la iniciativa noble de mucha gente que ama el silbo, creemos justo y de vital importancia llamar la atención nuevamente a la línea que encabeza el presidente del Cabildo de La Gomera, don Casimiro Curbelo Curbelo. Nos resulta doloroso seguir constatando esta política inquisidora que excluye de sus actos a cualquiera de las voces que considere “enemiga” por el hecho de no defender una postura de exclusividad en relación al silbo en la isla de La Gomera. Un silbo articulado que considera único en Canarias y, en ocasiones, al que le otorga un incontestable origen propio. De esto último no hay pruebas ni indicios respaldados por la comunidad científica, sino más bien lo contrario: la mayor parte de los especialistas (Antonio Tejera Gaspar, Maximiano Trapero, Manuel Lorenzo Perera, Virgilio Brito o David Díaz Reyes), ponen en el continente africano el más que probable origen del silbo que encontramos en Canarias. De la no exclusividad del silbo en La Gomera podemos contar con pruebas afortunadamente tanto entre algunos de los invitados internacionales a este evento, como a portadores vivos que aún podemos visitar en islas como El Hierro, Tenerife o Gran Canaria. Una exclusividad que defiende esta línea del presidente Curbelo, y que es absolutamente dañina tanto para esas otras islas como para la propia isla de La Gomera, que no necesita de ese monopolio para que le sea reconocida su magnífica labor de puesta en valor y rescate, que fueron y son ejemplo para los trabajos que se hacen hoy en otros rincones de Canarias y del mundo.
No es para nada conveniente que un evento que pretende ser científico y, sobre todo, que se desarrolle con dinero público, tenga un sesgo con un carácter tan marcadamente político, donde partidos o instituciones políticas tomen un protagonismo mayor que las propias comunidades académica, científica, y que la sociedad canaria en general. Si no cabemos todos en un evento como éste, ¿dónde queda el carácter popular de este evento? ¿Cómo es posible que para hablar de silbo no haya espacio para las voces anteriormente mencionadas, o las de personas que han trabajado sobre estos asuntos como los doctores José Juan Batista, Julien Meyer, María Antonia Perera, María de la Cruz Jiménez o las de los miembros de la Asociación Cultural para la Investigación y Conservación del Silbo Herreño o el mismo Aula Cultural de Silbo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria? ¿Qué comunidad cultural se sostiene con estos vetos que se repiten en todas las iniciativas nacidas o auspiciadas por Casimiro Curbelo y la Asociación Cultural Silbo Gomero? ¿En qué lugar queda el reconocimiento a aquellas personas que sin medios ni apoyo institucional mantuvieron el silbo articulado en los reductos donde hoy lo encontramos en esas otras islas, donde hay estudios que evidencian su utilización? ¿No tienen acaso el mismo valor?
La Asociación Yo Silbo lamenta que sigan sucediéndose estas torpezas políticas en un entorno donde cada vez es más difícil perpetuar falsedades innecesarias y perniciosas, apoyadas en censuras de este tipo y presiones políticas que desvirtúan el verdadero amor por el patrimonio que nos mueve a quienes damos nuestro esfuerzo y tiempo por mantener algo tan bonito, y a quienes dieron los primeros pasos que hoy seguimos, aunque algunos se empeñen en sembrar discordia. Condenamos la postura beligerante del Cabildo de La Gomera y de su presidente, don Casimiro Curbelo. La persecución de iniciativas para la enseñanza del silbo, la censura a investigaciones y, en general, la patrimonialización institucional que reducen este bien universal a un control arbitrario, no son maneras de defenderlo. Las cartas que ha emitido el Cabildo de La Gomera en el mes de noviembre de 2024 a los ayuntamientos de las Islas y a las universidades y que advierten sanciones, que exigen desincentivar iniciativas que no promuevan la exclusividad del silbo gomero, que solicitan tener el poder para fiscalizar todo lo que se produzca en torno al silbo en la totalidad el archipiélago canario, o las proposiciones no de ley que las respaldan resultan contrarias a lo que se espera de una institución pública comprometida con el patrimonio. Tampoco es aceptable que los gestores electos por el voto popular se erijan en científicos al indicar los datos que asegurarían la exclusividad del silbo articulado en La Gomera y que no se ajustan a la realidad, rompiendo cualquier código deontológico al manipular o seleccionar tendenciosamente las fuentes para justificar ideas preconcebidas, un proceder que contraviene por completo el método científico. Todo esto saltándose los propios principios que abanderaron sus protagonistas cuando el silbo en otros rincones de Canarias no se consideraban una amenaza y veían con entusiasmo los pasos a seguir hacia el ejemplo gomero. Sigue nuestra mano tendida y nuestras puertas abiertas como ha estado todos estos años para facilitar los encuentros que creemos son la única vía válida entre quienes amamos el silbo. Nos acompaña la certeza de que al final la verdad y el buen hacer se impondrá. El silbo no merece menos.
[2] https://youtu.be/N2jGm_7DTRk?si=0cjKl-FfOrfEKag0
[4] https://www.parcan.es/files/pub/bop/11l/2024/055/bo055.pdf